Chilpancingo reclama solución urgente a fuga que persiste meses

La fuga de agua ubicada en la zona de la cementera, tramo Chilpancingo–Petaquillas, cumple cuatro meses sin reparación. A pesar del reporte hecho hace tres semanas, las autoridades no han intervenido, generando riesgo vial y desperdicio del suministro de Acahuizotla.

Un problema que crece sin respuesta

La fuga detectada en los carriles sur–norte, a la altura de la cementera, se ha convertido en un punto de riesgo para quienes transitan a diario entre Chilpancingo y Petaquillas. Vecinos señalan que la denuncia formal se presentó hace tres semanas, pero el escurrimiento continúa a tiro, dejando claro que no se ha realizado ni una reparación provisional.

El agua que brota no es residual: proviene del sistema de Acahuizotla, una de las fuentes que abastecen a buena parte de Chilpancingo. En un momento donde la ciudad vive ciclos constantes de tandeo y falta de presión, este desperdicio de varios meses resulta especialmente preocupante para las familias que dependen del servicio.

Riesgos para automovilistas y motociclistas

El pavimento mojado ha provocado derrapes, principalmente entre motociclistas que circulan rumbo al centro de la capital. “Aquí uno se puede ir al suelo fácil; ya hemos visto varios chocar”, comentó un trabajador que pasa diario por la zona. Aunque no se han reportado incidentes graves, la comunidad teme que sea cuestión de tiempo.

Automovilistas que circulan por la vía federal expresan que, además del riesgo, la falta de atención muestra un abandono que se repite en distintos puntos del municipio. “Chale, tres semanas desde que reportamos y ni una visita de inspección”, dijo una comerciante de Petaquillas.

Llamado urgente a las autoridades

A pesar de que la fuga supera los cuatro meses, no existe un anuncio oficial de reparación ni un calendario de atención. Habitantes insisten en que la omisión no solo afecta la seguridad vial, sino que representa una pérdida grave de agua potable, un recurso cada vez más disputado en la capital.

Organizaciones comunitarias han pedido que se atienda la fuga de manera definitiva y no con arreglos temporales que suelen fallar a las pocas semanas. También solicitan que se informe públicamente sobre las causas del daño en la línea y los tiempos estimados de solución.

La ciudadanía insiste en que, más que un trámite burocrático, se trata de un asunto de bienestar colectivo y de respeto al derecho humano al agua.

La fuga en la cementera sigue recordando que Chilpancingo necesita respuestas rápidas y obras duraderas. La comunidad espera que las autoridades actúen sin demora y prioricen un recurso vital que no debería perderse en el camino.