Comunidades indígenas exigen cambios urgentes al registro civil
Habitantes de comunidades indígenas viajan hasta Chilpancingo para trámites básicos del registro civil estatal, pese a que deberían resolverse en los ayuntamientos. La falta de sistemas conectados obliga a gastar, esperar y hasta dormir en terminales.
El viaje obligado que no debería existir
Para muchas familias que vienen de la Montaña, la Sierra o regiones alejadas de Guerrero, realizar un acta de nacimiento, una corrección mínima o una CURP debería ser cosa de horas en su municipio. Sin embargo, el rezago y la falta de conexión informática entre ayuntamientos y la oficina central del registro civil estatal siguen obligando a un viaje largo, caro y lleno de incertidumbre.
La denuncia se repite desde hace años: mujeres, personas mayores y familias completas viajan hasta Chilpancingo porque en sus municipios no se pueden concluir los procesos, aunque la ley prevé que muchos de estos trámites ya deberían estar disponibles localmente.
Esperar, gastar y dormir en las terminales
Quienes llegan desde las zonas más apartadas se enfrentan a un nuevo obstáculo: funcionarios que les dicen que su trámite seguirá “hasta el otro día”. Así, personas que apenas juntaron para el pasaje tienen que quedarse a dormir en terminales o buscar un lugar donde pasar la noche, sin recursos y sin certezas.
“Uno piensa que en el día queda, pero ya estando ahí nos dicen que regresemos mañana. Chale, uno no trae para hotel”, cuenta una madre nahua que viajó desde Chilapa. Historias como la suya se repiten a diario.
Trámites municipales sin funcionar: una deuda histórica
Aunque existen proyectos para que los ayuntamientos conecten sus sistemas y puedan realizar trámites básicos, el avance es mínimo. Legisladoras y legisladores han presentado propuestas, pero la implementación real no llega.
Mientras tanto, los trámites municipales siguen siendo una promesa incumplida y los pueblos indígenas continúan asumiendo un costo que no deberían pagar.
Voces que exigen cambios urgentes
Organizaciones comunitarias y pobladores han pedido al Congreso acelerar reformas que permitan digitalizar y descentralizar los servicios. El argumento es sencillo: si los municipios tuvieran sistemas actualizados, la gente no tendría que dejar sus tierras, perder días de trabajo o gastar lo que no tiene.
Las comunidades indígenas han expresado que esta situación es más que un trámite: es una forma de exclusión. “No pedimos regalos. Nomás que respeten nuestro tiempo y nuestro derecho”, dijo un ciudadano me’phaa que viajó desde Malinaltepec.
¿Qué se necesita para cambiar la historia?
Las propuestas ya existen: modernización tecnológica, capacitación municipal, ventanillas móviles y un calendario de implementación verificable. Lo que falta, según especialistas, es voluntad y presión política para que el derecho a la identidad no dependa del bolsillo ni de la distancia.
La gente de la Montaña y la Sierra pide algo justo: hacer trámites sin gastar días ni dormir en terminales. Urge que el Congreso y el Ejecutivo aceleren cambios y que el registro civil deje de ser una carga para quienes menos tienen.



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