Chilpancingo paralizada por violencia: sin transporte, escuelas cerradas y comercios en pausa
La capital del estado amaneció prácticamente paralizada este lunes, tras una nueva jornada de violencia que dejó al transporte público fuera de circulación, escuelas sin clases, oficinas gubernamentales con servicio parcial y negocios cerrados por temor a nuevos ataques.
Durante la mañana, una unidad tipo Urvan de la ruta Chilpancingo‑Chilapa fue incendiada dentro de su base en el mercado central Baltazar R. Leyva Mancilla. Aunque no se reportaron personas lesionadas, el hecho generó pánico entre la población y acentuó el clima de inseguridad que se vive en la capital.
En respuesta, cientos de personas se vieron obligadas a caminar largas distancias o a buscar transporte en patrullas, vehículos oficiales y automóviles particulares para llegar a sus destinos. La ausencia del servicio afectó también a transportistas foráneos, quienes suspendieron completamente sus operaciones.
El director de la Comisión Técnica de Transporte y Vialidad, Arturo Salinas Sandoval, informó que a primeras horas del día apenas el 30 % de los transportistas prestaban servicio, porcentaje que aumentó temporalmente al 40 %, aunque sin lograr una recuperación total de la actividad.
Este nuevo ataque se suma a una serie de hechos violentos registrados en días recientes, incluyendo el incendio de un autobús de la ruta Chilpancingo‑Colotlipa, otra Urvan con destino a Amojileca y un taxi local. Además, se han reportado asesinatos de trabajadores del mercado, entre ellos un vendedor y un repartidor de pollo, lo que ha generado mayor temor entre comerciantes y usuarios.
Frente a esta situación, organizaciones de transportistas anunciaron un paro de labores a partir del mediodía, argumentando falta de condiciones de seguridad para operadores y pasajeros. La medida se mantendrá de forma indefinida hasta que las autoridades garanticen protección efectiva.
En respuesta, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda encabezó un operativo en los accesos a Chilpancingo, supervisando la instalación de filtros de seguridad y el despliegue de elementos del Ejército, la Guardia Nacional, la policía estatal y otras corporaciones.
La jornada transcurrió en un ambiente de tensa calma, con una ciudad semivacía, marcada por el cierre generalizado y la incertidumbre sobre lo que ocurrirá en los próximos días.
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