¡Sí se descarriló! ¿Fue casualidad o ya se cumplió lo que dijo Amílcar Olán sobre el Tren Maya?

El tan presumido Tren Maya, uno de los proyectos insignia del presidente Andrés Manuel López Obrador, volvió a estar en el ojo del huracán: este martes se descarriló un vagón en la estación de Izamal, Yucatán, en el tramo Mérida–Cancún.

Aunque no se reportaron pasajeros heridos, la SEDENA y la empresa ferroviaria guardaron silencio. El servicio de atención a clientes apenas reconoció el accidente y prometió “definir en próximas horas” cómo compensar a los afectados.

El descarrilamiento revive las denuncias sobre la calidad de la obra. De acuerdo con un informe de la ONG Cohesión Comunitaria e Innovación Social A.C., durante la construcción del Tren Maya se registraron:

• 48 trabajadores fallecidos
• 31 heridos graves
• Al menos 2 muertes de civiles vinculadas al proyecto

Lo más grave no es el accidente, sino lo que flota detrás: hace más de un año salió a la luz un audio entre Amílcar Olán —íntimo amigo de Andy y Bobby López Beltrán, hijos del presidente— y Pedro Salazar Beltrán, primo de ambos.

En esa llamada, se burlaban de la calidad del balasto (la piedra sobre la que se colocan los rieles), admitiendo que vendían material deficiente con aval de un laboratorio sobornado.

La frase es demoledora:
“Ya cuando se descarrile el Tren, ya va a ser otro pedo”.

Hoy, tras el descarrilamiento en Izamal, la burla parece convertirse en advertencia cumplida.

El llamado “Clan” (Olán y los Salazar Beltrán) ha sido exhibido en reportajes de Latinus y otros medios como beneficiario de contratos multimillonarios en Dos Bocas, medicamentos y ahora el Tren Maya.
La respuesta del gobierno ha sido la misma: silencio, ataques a la prensa y cero investigaciones.

Mientras tanto, el discurso presidencial del “país sin corrupción” se estrella contra la realidad de un tren que ya se descarrila, literal y políticamente.