Recinto ferial de Chilpancingo, símbolo del abandono entre violencia y corrupción
La remodelación del recinto ferial de Chilpancingo, una obra emblemática financiada durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, se encuentra abandonada, envuelta en sobrecostos, opacidad y deterioro. Concebida como un espacio moderno para eventos culturales y recreativos, hoy luce cerrada, en ruinas y convertida en un foco de basura e inseguridad.
El proyecto fue ejecutado por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), que proyectó una inversión inicial de 269 millones de pesos. Sin embargo, el gasto final ascendió a 327 millones. A pesar de los recursos ejercidos, la empresa Haba Proyectos, encargada de la obra, abandonó el sitio en septiembre de 2024, meses antes del fin del sexenio federal.
El recinto, ubicado en la colonia Los Ángeles, abarca más de 34 mil metros cuadrados que antes de 1980 funcionaban como un vivero forestal de la desaparecida Secretaría de Recursos Hidráulicos (SARH). Ese espacio era considerado uno de los principales pulmones verdes de Chilpancingo.
Durante el gobierno municipal de Alberto Saavedra Ramos y el estatal de Alejandro Cervantes Delgado, el área fue transformada para albergar las actividades de la tradicional Feria de San Mateo, Navidad y Año Nuevo, que en 2025 cumple 200 años de celebrarse.
Sin embargo, el uso constante del terreno como recinto ferial provocó la destrucción del bosque original. Aunque en años recientes fue adaptado para la práctica deportiva, su más reciente intervención dejó las instalaciones inutilizables incluso para ese fin.
Actualmente, los accesos al lugar están clausurados, el terreno es un muladar, y los habitantes de la zona han denunciado que la inseguridad ha aumentado debido al abandono. Lo que prometía ser una obra para el desarrollo cultural y económico de la capital guerrerense hoy es testimonio del fracaso administrativo y de la negligencia institucional.
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