Aquí no hay Estado, hay… ¡sálvese quien pueda!

¡Compatriotas!

Desde la espesura de la montaña guerrerense, donde aún se respira libertad y uno no pisa drenaje crudo en la arena, me llegan noticias que me hacen querer montar a caballo y bajar de nuevo al llano con sable desenvainado.

Esta semana los padres de la patria local (esos que cobran como insurgentes pero viven como virreyes) aprobaron en Guerrero la legítima defensa sin castigo penal dentro del hogar. ¡Sí, señores! Ahora, si algún facineroso se atreve a invadir nuestro jacal, podrás despacharlo con plomo y quedáis absueltos. Lo que no dicen es que esta ley es más por abandono que por justicia: el Estado ya no puede cuidarte, así que mejor cuídate tú.

Antes el pueblo tenía machete por necesidad… ahora lo tiene por decreto.

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Mientras tanto, en Acapulco, las playas hieden a descomposición, y no es por los cadáveres de la corrupción flotando, sino por la mierda literal que descarga CAPAMA en el mar. Y justo cuando llegan los turistas a dejar sus reales, Cofepris declara cuatro playas no aptas para el baño. ¡Ni en los días del cólera se atrevían a tanto!

Si Morelos viniera a ver esto, moriría otra vez… pero ahora de infección estomacal.

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Y como la sed no da tregua, los acapulqueños bloquean calles por falta de agua, y exigen a gritos la presencia de la alcaldesa Abelina López. Pero ella, como buena figura de poder, ni se ve ni se escucha. Dicen que está ocupada en “gestiones”, pero yo sospecho que se perdió entre las fugas de CAPAMA. O peor: ya se evaporó con la poca agua que queda.

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Por otra parte, los niños en los albergues del estado comen con 32 pesos al día. ¡Treinta y dos! Lo que en mi época era el salario de un peón por semana. Hoy no alcanza ni pa’ un bolillo con frijoles. Y los funcionarios se atreven a tomarse la foto entregando despensas, mientras la niñez guerrerense crece con la panza vacía y el alma rota. ¡Qué vergüenza, carajo!

Y no me olvido: la gobernadora Evelyn Salgado, hija del que cabalga en sombra, fue nombrada una de las cinco más populares de Morena. ¡Aplausos! Aunque yo no sé si es por gestión o porque regala palas y toallitas húmedas en cada acto. A mí me enseñaron que la aprobación se gana con dignidad, no con operadores gritando “¡Evelyn sí cumple!” mientras el pueblo se ahoga en aguas negras.

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Y para cerrar con broche de oro, el INE dijo NO a entregar el padrón electoral para la nueva CURP. Al menos uno que no se doblega. Porque ya lo ve uno venir: una sola identificación nacional para saber dónde vives, a quién le rezas y por quién votas. Esclavitud moderna con holograma oficial.

En fin… esta semana en Guerrero hubo:

• Ley de plomo en vez de seguridad,
• Niños desnutridos en vez de futuro,
• Cacareos de aprobación en vez de soluciones,
• Y playas con más mierda que turistas.

Si esto es gobernar, que venga Hidalgo y me amarre al asta de nuevo. Porque mientras nos reparten elogios, el pueblo se baña en lodo, come miseria y se protege con machete.

¡Aquí no se rinde nadie, pero tampoco se traga callado!

Espera una nueva columna editorial de “El Insurgente” cada viernes.