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Gustavo Alarcón y su deuda heredada con “Los 4rdillos”

Gustavo Alarcón y su deuda heredada con “Los 4rdillos”

El presidente municipal Gustavo Alarcón Herrera se encuentra bajo el escrutinio público por sus presuntos vínculos con el crimen organizado, específicamente con el grupo conocido como Los 4rdillos, tras mantenerse en funciones como jefe de la policía municipal Germán Reyes Reyes, un exmilitar y exfiscal señalado por su presunta pertenencia a ese grupo criminal.

La relación entre Alarcón y Reyes se remonta a la administración pasada, cuando el entonces alcalde Alejandro Arcos se negó a colocar a Reyes al frente de la Secretaría de Seguridad Pública municipal. Arcos prefirió designar a Ulises Hernández, decisión que habría detonado una serie de represalias. El 29 de septiembre, Hernández y su esposa fueron asesinados a balazos en Chilpancingo. Poco después, el propio Alejandro Arcos fue también brutalmente asesinado.

A pesar de estos antecedentes, Gustavo Alarcón, quien asumió el cargo tras la muerte de Arcos, nombró a Germán Reyes como encargado de despacho en Seguridad Pública. Aún después de los asesinatos y del señalamiento público, Reyes permaneció en el cargo por más de un mes hasta que fue detenido por la Fiscalía General del Estado, acusado de ser parte de Los 4rdillos y presunto autor intelectual del crimen contra Arcos.

La permanencia de Reyes en ese cargo clave, con pleno acceso operativo a la corporación policiaca, ha encendido alarmas sobre una posible complicidad por parte del alcalde. Diversos actores políticos, organizaciones civiles y ciudadanos han exigido esclarecer la relación entre Alarcón y Reyes, así como una revisión profunda de la estructura de seguridad municipal por posible infiltración del narcotráfico.

El caso sugiere que el asesinato de Arcos no fue un hecho aislado, sino el resultado de una pugna por el control de la policía local, donde el grupo delictivo habría buscado imponer a sus operadores. Lejos de revertir esa situación, Gustavo Alarcón habría optado por mantener, y proteger, a uno de los personajes más cuestionados del entorno.

La sombra de Los 4rdillos sigue presente en Chilpancingo, y hoy más que nunca, las omisiones del gobierno municipal en materia de seguridad pesan como una deuda con una sociedad que exige justicia, transparencia y el fin de la narcopolítica.

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